LAS VERDADERAS VACACIONES ES ESTAR EN PRESENCIA
En estos días veraniegos resurge un viejo "rún-rún" en mi mente que es tan
fiel como el turrón El Almendro por Navidad: las ansias de salir de la ciudad, expandirme y conectarme con la Naturaleza. Surge impetuosa, casi
rasgadora, la necesidad de poner un límite en el futuro, la promesa de
un espacio de felicidad, el remanso que me aliviará de las heridas
causadas por la rutina, el autocontrol y el enclaustramiento que me
ocasiona mi trabajo diario (en apariencia). La mente egoica me saca del
presente con estas golosinas temporales y cuando llegan las vacaciones
voy viendo como los días se me escapan entre los dedos sin que a penas
pueda degustarlos porque el ego me vuelve a poner en jaque con ese borde
del precipicio que se llama "volver al trabajo". Este juego de pin-pon
me ha estado torturando en los últimos días hasta que he elegido ponerle
fin.
Ayer volví a escuchar al maestro Tolle y como siempre me regresó a la Fuente, al Santuario de la Presencia, donde siempre es vacaciones: el contacto de mis dedos con las teclas del ordenador, mi respiración, los sonidos que me rodean, sentir mi cuerpo interno, una alegría profunda y cálida que emerge del pecho...Me siento a salvo cuando me sitúo ahí, descanso del desgaste al que me somete la mente en continuo bullir. Beber las aguas frescas del sinpensar tras el árido trecho del desierto de la locura mental. Estas son las verdaderas vacaciones. Me mantienen despejada, tranquila y me da igual estar aquí que en cualquier otro sitio, pues sé que en este estado de centramiento estaré bien, estoy bien, SOY. Después llegan los momentos de compartir con los amigos o familia en la Naturaleza y todo sabe más rico, más intenso.
La Presencia sólo tiene ventajas.
Un fuerte abrazo veraniego.
Ayer volví a escuchar al maestro Tolle y como siempre me regresó a la Fuente, al Santuario de la Presencia, donde siempre es vacaciones: el contacto de mis dedos con las teclas del ordenador, mi respiración, los sonidos que me rodean, sentir mi cuerpo interno, una alegría profunda y cálida que emerge del pecho...Me siento a salvo cuando me sitúo ahí, descanso del desgaste al que me somete la mente en continuo bullir. Beber las aguas frescas del sinpensar tras el árido trecho del desierto de la locura mental. Estas son las verdaderas vacaciones. Me mantienen despejada, tranquila y me da igual estar aquí que en cualquier otro sitio, pues sé que en este estado de centramiento estaré bien, estoy bien, SOY. Después llegan los momentos de compartir con los amigos o familia en la Naturaleza y todo sabe más rico, más intenso.
La Presencia sólo tiene ventajas.
Un fuerte abrazo veraniego.
Patricia
Interesantes reflexiones, Patricia.
ResponderEliminarAprovechamos la ocasión para desearos un FELIZ VERANO !
HOla Patri... me encanta, Viva la Tolle del cuchillo y la zanahoria...TE abrazo. Paulino.
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