viernes, 27 de julio de 2012

Sentirse Bien - Autoengaño


Paulino nos remite este texto para compartirlo.


 La llamada sincera de la realidad a la realidad, la llamada al despertar, viene de un lugar muy profundo en nosotros. Viene de un lugar que quiere la verdad más que quiere sentirse bien. Si tu orientación es simplemente el sentirte mejor en cada momento, entonces, continuaremos falseándonos, porque el tratar de sentirse mejor en el momento es exactamente como nos falseamos a nosotros mismos. Pensamos que nuestras falsedades nos hacen sentirnos mejor. Para despertar debemos romper el paradigma del “siempre buscando sentirse mejor”. Naturalmente queremos sentirnos mejor; es parte de la experiencia humana. Todo el mundo quiere sentirse mejor. Estamos hechos (hardwired) para buscar más placer y menos dolor. Pero hay un impulso incluso más profundo dentro de nosotros, y éste es lo que he descrito como el impulso para despertar.
            Es este impulso a despertar el que nos da el coraje para mirar todas las formas en las que nos engañamos. Es un impulso que nos demanda, que nos llama (call us) a tomar responsabilidad por nuestras propias vidas. No podemos alcanzar la iluminación montándonos en la cola de un maestro iluminado; no funciona de esta forma. Al intentarlo así nos volvemos ciegos; significa que no queremos examinar las cosas por nosotros mismos. Cuando estamos haciendo ciegamente lo que nos han dicho – ciegamente siguiendo una enseñanza solo porque es ancestral o reverenciada – acabamos simplemente con lo que estamos pidiendo: ceguera.

The end of your world. Adyashanti. p. 17 y 18.

miércoles, 25 de julio de 2012

CERRANDO ETAPAS - Paulo Coelho




 
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas o cerrando capítulos.
Lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van terminando.
 
¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje?...
 
Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en repetir el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual cosa.
 
El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y a seguir adelante.
 
No podemos estar en el presente añorando el pasado.  Ni siquiera preguntándonos porqué.  Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.  No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas que ya no existen, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.  
 
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!  
 
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
 
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.  Dejar ir, soltar, desprenderse.  En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar.   Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
 
El pasado ya pasó.  No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú.  Suelta el resentimiento.  El repetir "tu película personal" para darle y darle al asunto. Lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.
 
La vida está para adelante, nunca para atrás.  Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.  ¿Noviazgos o amistades que no dejas ir? ¿Posibilidades de regresar?  ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que lo invadieron?  
 
Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos.  Dite a ti mismo que no, que no vuelven.  Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
 
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año.  Por lo tanto, no hay nada a qué volver.  Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.  Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.  Por salud mental, por amor ti mismo, desprende lo que ya no está en tu vida.
 
Recuerda que nada ni nadie es indispensable.  Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo.  Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste solo.  
 
Por lo tanto, es costumbre vivir contigo mismo, y es un trabajo personal aprender a vivir solo, sin la compañía humana o física que hoy te duele dejar ir.
 
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque recuerda nada ni nadie nos es indispensable.  Sólo es costumbre, apego, necesidad.  Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
 
Hay muchas palabras que significan salud mental y cualquiera que escojas te ayudará a seguir adelante con tranquilidad.
 
¡Esa es la vida!
 
Paulo Coelho

miércoles, 18 de julio de 2012


Patricia nos manda estas reflexiones para compartirlas con el grupo

LAS VERDADERAS VACACIONES ES ESTAR EN PRESENCIA
 
En estos días veraniegos resurge un viejo "rún-rún" en mi mente que es tan fiel como el turrón El Almendro por Navidad: las ansias de salir de la ciudad, expandirme y conectarme con la Naturaleza. Surge impetuosa, casi rasgadora, la necesidad de poner un límite en el futuro, la promesa de un espacio de felicidad, el remanso que me aliviará de las heridas causadas por la rutina, el autocontrol y el enclaustramiento que me ocasiona mi trabajo diario (en apariencia). La mente egoica me saca del presente con estas golosinas temporales y cuando llegan las vacaciones voy viendo como los días se me escapan entre los dedos sin que a penas pueda degustarlos porque el ego me vuelve a poner en jaque con ese borde del precipicio que se llama "volver al trabajo". Este juego de pin-pon me ha estado torturando en los últimos días hasta que he elegido ponerle fin.



Ayer volví a escuchar al maestro Tolle y como siempre me regresó a la Fuente, al Santuario de la Presencia, donde siempre es vacaciones: el contacto de mis dedos con las teclas del ordenador, mi respiración, los sonidos que me rodean, sentir mi cuerpo interno, una alegría profunda y cálida que emerge del pecho...Me siento a salvo cuando me sitúo ahí, descanso del desgaste al que me somete la mente en continuo bullir. Beber las aguas frescas del sinpensar tras el árido trecho del desierto de la locura mental. Estas son las verdaderas vacaciones. Me mantienen despejada, tranquila y me da igual estar aquí que en cualquier otro sitio, pues sé que en este estado de centramiento estaré bien, estoy bien, SOY. Después llegan los momentos de compartir con los amigos o familia en la Naturaleza y todo sabe más rico, más intenso.

La Presencia sólo tiene ventajas.

Un fuerte abrazo veraniego.

Patricia